El Blog

Leyendo Ando es un espacio que comenzó siendo un pasatiempo personal y terminó siendo una comunidad preciosa. En poco tiempo se convirtió en un espacio donde se comparte el placer por la lectura y todas las sensaciones que nos genera una historia.
Mi nombre es Gabriela y soy una devoradora de historias. Comencé el blog, creyendo que sólo lo iban a leer mis amigas lectoras (que eran sólo cinco) y la sorpresa más grande llegó con cada una de ustedes que se suscribieron para convertirlo en un sitio que pasó a ser más de ustedes que mío.

La noche que comencé a darle forma a este espacio estaba muy frustrada. Había ido a una librería muy conocida y le había pedido a la vendedora que me recomendara un libro parecido a "Caballo de Fuego". Ella mascando chicle me sugirió "La pasión turca", de Antonio Gala, prometiéndome una historia de amor intercultural que iba a dejarme enamorada.
Cuando terminé la lectura estaba agotada de tanto llorar. Resultó ser un drama opresivo que me angustió mucho y en ese momento surgió la idea de recomendar, mostrar, y compartir sensaciones sobre las lecturas, intentando  que nadie vuelva a leer algo que golpea sin aviso o está muy lejos de lo que se prometió en la sinopsis.

Las opiniones vertidas en este espacio son absolutamente subjetivas y en eso me apoyo para reseñar libremente siempre desde el mayor respeto.
No todos podemos sentir lo mismo frente a un libro, de hecho si pasado el tiempo volvemos a encontrarnos con un viejo libro, podemos vivir una experiencia totalmente distinta.
Esto es lo más importante y positivo de blogs como estos, compartir otras miradas, conocer nuevos libros y autores y conocer gente que disfruta de la lectura igual que uno. ¡Gracias por compartir!
No pensé que Leyendo Ando fuera a tener tan AMOROSA recepción y aprovecho este espacio para agradecer a cada una de ustes que lo siguen a diario.
En Facebook, Twitter, Instagram, Goodreads... estoy en todos lados y en cada una de esas plataformas me encuentro con el cariño de todas ustedes.
Gracias por los correos, los mimos y las palabras cálidas que hacen de cada reseña una misión exquisita.
¡Se hacen querer mucho!
Besos, Gaby.-