Ella tenía el plan perfecto hasta que apareció él... y se convirtió en su obsesión.
El acoso y las órdenes de alejamiento son ya cosa del pasado para Alayna Withers. Con su Máster en Administración de Empresas recién terminado sabe lo que quiere para su futuro: conseguir un mejor puesto en el club nocturno donde trabaja y alejarse de cualquier hombre que pueda disparar su trastorno obsesivo en cuestiones de amor. Un plan perfecto.
Sin embargo, Alayna no contaba con Hudson Pierce, el nuevo propietario del club. Es inteligente, rico y atractivo, el tipo de hombre del que Alayna sabe que debe alejarse si quiere mantener a raya sus antiguos hábitos. Pero es demasiado tarde. Hudson se ha fijado en ella y la quiere en su cama.
"Adicta a tí" es el primer libro de la trilogía "Eres mi adicción", aunque me gusta más el título en su original "Fixed" (arreglar)
Porque en esta historia, los protagonistas intentan arreglar lo que creen que está mal en ellos. Juntos, intentan encontrar la sanación y en el camino, también aparecerán nuevos daños a "reparar".
Esta trilogía no se aleja mucho de las tantísimas que hemos consumido dentro del género del romance erótico y sí, también está escrita con la fórmula: millonario falladito pero irresistible conquista a mujer vulnerable e indefensa.
En ese aspecto no podrán encontrar nada novedoso, pero ya que hay tantas obras similares podemos tener un estante de la biblioteca sólo para estos títulos y entre ellos, están algunos que entretienen y gustan mucho.
MIS SENSACIONES
¡Yo me quedo con esta trilogía!Le encontré algunas fallas y algunos lugares comunes pero en GENERAL me resultó adictiva.
De hecho leí un libro atrás de otro y el tercero me lo devoré sin respirar siquiera.
No podía parar y cuando faltaba 5% de lectura para terminarlo comencé a extrañar esta historia que me había atrapado durante tres días.
El tema
Esto es lo que me voló la cabeza.El protagonista masculino, el hombre del que nos tenemos que enamorar un rato, es un cretino.
Al menos lo fue hasta que decidió tratar su adicción a la manipulación.
Hudson Pierce manipula los sentimientos de las mujeres. Las enamora y las abandona simplemente porque causarles ese daño a él le da placer.
Aylana es una obsesiva compulsiva, que confunde su trastorno con amor y en su afán de ser querida, acosa y persigue a los hombres que la rechazaron.
Cuando Pierce aparece en su vida, ella por fin se encuentra en un momento de estabilidad, que le costó mucho conseguir.
En cuanto lo ve, detecta que es su punto debil y advierte que necesita tenerlo lejos porque simplemente es un peligro,
—Porque estás buscando algo pasajero. Algo divertido con lo que jugar. —Me incliné aún más sobre él para asestar mi frase final, la que haría desistir incluso al más fogoso de los hombres—: Y yo soy de las que se encariñan. (...) ¿A que con eso te acabas de acojonar?
Aylana.-
Pero en vez de espantarlo, lo hizo sonreir como un lobo. Porque Hudson Pierce consigue siempre lo que quiere. Él domina el arte de convencer a la gente. De manipular desde sus sentimientos hasta su razón.
Esperaba ver el pánico reflejado en su rostro. En lugar de eso, vi un atisbo de sonrisa.
—Te necesito para romper un compromiso matrimonial.
—Eh... ¿Qué? ¿de quién?
—Mío
Aylana.-
Y cuando Aylana acepta el trato comienza a perder el control sobre su tendencia a la obsesión. Hudson es la tentación de un drogadicto y él lo sabe. Disfruta viendo como Aylana se enreda en sus encantos y como lucha por mantener su conducta bajo control.
—A eso me refería con lo de estar con alguien que me comprendía. Sé lo que es la obsesión. Se lo que es tener que hacer las cosas que sabes que no deberías hacer.
—Cuando creas que no puedas evitar comportarte así, habla conmigo.
Aylana y Hudson.-
Pero en esta trilogía nada es lo que parece y cada tramo de la historia tiene una instancia cargada de distintas tensiones.
Cuando comenzamos a creer que Hudson y Aylana tienen un vínculo conveniente, todo comienza a tornarse raro...
En teoría, esta pareja pareciera tener todo para ayudarse mutuamente. Ambos saben lo que es no poder controlar un impulso tóxico, saben también que esa falta de control les trae dolor a ellos o a terceros y ambos dicen querer curarse.
¿Podrán? ¿Conocer sus debilidades los ayudará a ser más fuertes?
El discurso
En este primer libro, la autora nos muestra un plan. Nos expone su idea e intenta convencernos al mismo tiempo y del mismo modo en que Hudson se lo plantea a Aylana.Él necesita que ella finja ser su novia y así, hacerle creer a todos que ya no es un manipulador. Entre ellos no hay mentiras, le dejó claro que solamente la desea sexualmente y que jamás podrá enamorarse.
Ella no quiere volver a sentir que pierde todo por un hombre y el plan de no enamorarse le resulta funcional para poder cumplir con sus deseos: el club y el cuerpo de Hudson para complacerla.
Me entregué a él y me permití olvidar que quizá no podría amarme nunca de ningún modo que no fuera aquel, con su boca, su lengua y su polla.
Quizá eso pudiera llegar a ser suficiente.
Pero todos sabemos que esos planes nunca salen bien...
Mientras ese conflicto central guía el relato (aparentemente), la autora esconde el verdadero y usa sus personajes secundarios para preparar la explosión.
Celia, es un personaje conflictivo dentro de la historia y es la encargada, en este libro, de ponerle las cosas difíciles a Aylana.
Lo que me gustó de este tramo de la historia es que vamos sospechando lo que puede suceder, sin tener muy claro el por qué o el para qué de la villana, pero suponemos que la protagonista puede caer en una trampa.
Entonces sufrimos, queremos saber, no sabemos nada y terminamos pasando unas horas tejiendo y destejiendo en nuestra mente los posibles motivos para que suceda lo que está por pasar.
El discurso de Laurelin Paige es escondedor. Muestra lo que quiere y quizás no es del todo cierto y eso me atrapó, por no decir que me desesperó.
Ahí fue cuando recordé lo que sentí con Guideon en Crossfire, porque la autora nos muestra una realidad sin advertirnos cuán cierta es, para luego... mucho más adelante, dar un volantazo y cambiar todo.
— ¡No eres mi dueño, Hudson! Deja de jugar conmigo como si fuese otra de tus mujeres. Conmigo no, ¿Recuerdas?
—¿Piensas que no lo sé todavía? Cada minuto de cada día me recuerdo que no puedo conquistarte. Que no puedo hacerte eso —su boca se retorció—. Pero eso no significa que no desee hacerlo.
Aylana y Hudson.-
Los personajes
Los protagonistas son personajes imperfectos y toda la historia gira alrededor de como cada uno de ellos expone, acepta y maneja estas grietas emocionales que tienen.Eso me resultó novedoso, porque ninguno intenta justificar lo que no pueden manejar.
Ella acosó a hombres en su pasado. Él manipuló mujeres a su gusto y lo disfrutó.
Digamos que esta pareja se presentó ante el otro sin maquillajes, aunque no todo es tan transparente como parece y tampoco encontrarán claridad.
—Porque mi deseo de destruirte no es mayor que mi necesidad de poseerte. Para mi eso es un avance.
Hudson.-
La primera vez que Hudson dijo eso, tuve que leerlo dos veces.
Pero acostumbrensé, él es así y aunque no terminé de entenderlo del todo, acepté que es un hombre diferente. El conflicto se entiende, las emociones de Hudson, no del todo.
Yo compré a este personaje desde la primera escena en la que apareció.
Cumple con el estereotipo de los otros galanes del género, porque como les dije antes, esta trilogía no intenta ser diferente a las demás.
Entonces, es seductor, poderoso, un cuerpo de infarto, una destreza erótica queno tiene igual y obviamente, un mambo emocional que lo hace tan inalcanzable como deseable de conquistar.
Lo diferente es el conflicto que la autora le otorgó a este protagonista y lo más atractivo de todo: ÉL ES TOTALMENTE CULPABLE.
Hudson es un sociópata.
Desifruta manipulando mujeres. Juega con sus sentimientos y emociones simplemente porque puede hacerlo y le da mucho placer.
Las enamora, las seduce y les rompe el corazón en mil pedazos.
Porque Hudson no puede amar. Aunque tampoco miente. Simplemente manipula con un talento magistral.
Y a pesar de ser un protagonista tan imperfecto, con unas emociones tan poco claras..., no pude dejar de querer indagar más.
En este primer libro, compré lo que la autora me vendió. Me sedujo un hombre aceptando a una mujer con todas sus imperfecciones y conteniéndola con mucha comprensión.
Me derritió un hombre levantando murallas para no sentir y ser testigo de como sus defensas iban cayendo una a una.
Pero en el segundo libro las cosas son distintas... y en el tercero más.
¡Eso también me gustó de esta historia!
Aylana es una Glenn Close (en atracción fatal) recuperada y su pacto con Hudson la lleva a la sanación. Al menos ella lo sintió así. Curada. Aceptada. Amada.
Ella también es como muchas de las protagonistas que ya hemos descubierto en otros libros, pero fue también su debilidad emocional lo que me conquistó.
Me resulto original y adictivo el planteo de la autora no sólo porque no es usual dotar a la protagonista de un pérfil psicológico como el de Alayna, sino porque es una bomba al complementarlo con el de Hudson,
En esta trilogía, los personajes secundarios son los escoltas de la historia que se teje entre Hudson y Alayna. Acompañan, construyen y le dan solidez al relato de un modo muy orgánico.
Pero acostumbrensé, él es así y aunque no terminé de entenderlo del todo, acepté que es un hombre diferente. El conflicto se entiende, las emociones de Hudson, no del todo.
Yo compré a este personaje desde la primera escena en la que apareció.
Cumple con el estereotipo de los otros galanes del género, porque como les dije antes, esta trilogía no intenta ser diferente a las demás.
Entonces, es seductor, poderoso, un cuerpo de infarto, una destreza erótica queno tiene igual y obviamente, un mambo emocional que lo hace tan inalcanzable como deseable de conquistar.
Lo diferente es el conflicto que la autora le otorgó a este protagonista y lo más atractivo de todo: ÉL ES TOTALMENTE CULPABLE.
Hudson es un sociópata.
Desifruta manipulando mujeres. Juega con sus sentimientos y emociones simplemente porque puede hacerlo y le da mucho placer.
Las enamora, las seduce y les rompe el corazón en mil pedazos.
Porque Hudson no puede amar. Aunque tampoco miente. Simplemente manipula con un talento magistral.
Y a pesar de ser un protagonista tan imperfecto, con unas emociones tan poco claras..., no pude dejar de querer indagar más.
En este primer libro, compré lo que la autora me vendió. Me sedujo un hombre aceptando a una mujer con todas sus imperfecciones y conteniéndola con mucha comprensión.
Me derritió un hombre levantando murallas para no sentir y ser testigo de como sus defensas iban cayendo una a una.
Pero en el segundo libro las cosas son distintas... y en el tercero más.
¡Eso también me gustó de esta historia!
Aylana es una Glenn Close (en atracción fatal) recuperada y su pacto con Hudson la lleva a la sanación. Al menos ella lo sintió así. Curada. Aceptada. Amada.
Ella también es como muchas de las protagonistas que ya hemos descubierto en otros libros, pero fue también su debilidad emocional lo que me conquistó.
Me resulto original y adictivo el planteo de la autora no sólo porque no es usual dotar a la protagonista de un pérfil psicológico como el de Alayna, sino porque es una bomba al complementarlo con el de Hudson,
En esta trilogía, los personajes secundarios son los escoltas de la historia que se teje entre Hudson y Alayna. Acompañan, construyen y le dan solidez al relato de un modo muy orgánico.
Cada uno de ellos está deliciosamente definido y su rol en la historia esta dosificado con un equilibrio muy bien logrado.
La familia de Hudson es un gran pilar de la historia y entre los más destacados personajes se encuentra Mirabelle, su hermana pequeña y Sophia, su bruja madre.
Jack, el padre, es el pícaro adorable, seductor de la vieja escuela, que logra aportar complicidad y calidez a las escenas donde interviene.
Pero Sophia es sin dudas la gran reina de las escenas familiares. Alcohólica, amargada, ácida y malvada.
Es ella la encargada de advertirle a Alayna sobre la conducta de su hijo, pero no lo hace para evitarle un dolor, sino para regodearse con la humillación que supone el engaño.
Mirabelle en cambio es la dulzura y el amor en esa familia disfuncional. Ella ilumina cada escena donde el dolor atormenta a Alayna, fundiéndose con los miedos y los deseos de que el amor sea una realidad con Hudson.
Pero además de la familia Pierce, hay un gran personaje que da cuerpo a esta trilogía: CELIA.
Es la villana de la historia y compite con Leah (Dirty Red) en el concurso de maldad.
Realmente es un personaje perverso, aunque deberán leer toda la historia para poder darle crédito a su maldad.
Es una novela ligera, amena y con un buen manejo de los distintos climas (erotismo, intriga, amor, conflictos...) pero por sobre todas las cosas es una novela que rinde culto al deseo incontenible.
No todo lo que es conveniente es deseado y manejar esa tensión es lo más parecido a una adicción.
La familia de Hudson es un gran pilar de la historia y entre los más destacados personajes se encuentra Mirabelle, su hermana pequeña y Sophia, su bruja madre.
Jack, el padre, es el pícaro adorable, seductor de la vieja escuela, que logra aportar complicidad y calidez a las escenas donde interviene.
Pero Sophia es sin dudas la gran reina de las escenas familiares. Alcohólica, amargada, ácida y malvada.
Es ella la encargada de advertirle a Alayna sobre la conducta de su hijo, pero no lo hace para evitarle un dolor, sino para regodearse con la humillación que supone el engaño.
Mirabelle en cambio es la dulzura y el amor en esa familia disfuncional. Ella ilumina cada escena donde el dolor atormenta a Alayna, fundiéndose con los miedos y los deseos de que el amor sea una realidad con Hudson.
Pero además de la familia Pierce, hay un gran personaje que da cuerpo a esta trilogía: CELIA.
Es la villana de la historia y compite con Leah (Dirty Red) en el concurso de maldad.
Realmente es un personaje perverso, aunque deberán leer toda la historia para poder darle crédito a su maldad.
En resumen,
Cuando presenté esta trilogía recibí comentarios repartidos pero sigo fiel a mis sensaciones y sólo puedo decirles que leyéndola la disfruté mucho. Me enganchó, me desesperó no saber toda la verdad y me hizo esperar los siguientes tramos de la historia con mucha ansiedad.Es una novela ligera, amena y con un buen manejo de los distintos climas (erotismo, intriga, amor, conflictos...) pero por sobre todas las cosas es una novela que rinde culto al deseo incontenible.
No todo lo que es conveniente es deseado y manejar esa tensión es lo más parecido a una adicción.